Disfrazarse
es bueno para los niños porque favorece el desarrollo social y emocional, al
intercambiar ideas, compartir, dar y
recibir, apoyarse mutuamente y reír entre todos.
Con los disfraces contribuimos al desarrollo de
los niños, fomentamos su creatividad, su imaginación… y la empatía, es más
fácil entender y comprender los sentimientos de los demás, cuando somos capaces
de ponernos en la situación del otro, y a esto nos ayudan los disfraces. El
niño disfruta creando situaciones y personajes para jugar.
Este taller lo realizamos 28 de marzo con los
alumnos de 1º A y B, turno mañana, seño María Inés y Seño Sandra.
Utilizamos diferentes personajes y con ellos
inventamos una historia, le pusimos un título, fue una muy buena experiencia.